El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes 14 de julio una estrategia de aranceles secundarios del 100% contra Rusia y sus aliados si no se concreta un acuerdo de paz en 50 días. Según Trump, estas tarifas penalizarían directamente a cualquier país que siga comerciando con Moscú, como medio de presión ante el estancamiento de las negociaciones con Vladimir Putin sobre la guerra en Ucrania.
Trump expresó su decepción por la falta de avance en las conversaciones. “Pensé que tendríamos un acuerdo hace dos meses, pero no parece concretarse… por consiguiente, aplicaremos aranceles secundarios”, afirmó en la Casa Blanca, en compañía del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, según las agencias internacionales. La amenaza se da en paralelo al anuncio de un nuevo envío de sistemas Patriot y otro armamento avanzado a Ucrania, financiado por aliados europeos a través de la OTAN.
Desde el punto de vista económico, esta medida vuelve a poner en evidencia la tendencia proteccionista de la segunda presidencia de Trump, que ya implementó aranceles al acero, aluminio y productos europeos, generando tensiones comerciales globales. En este caso, el objetivo no es tradicionalmente comercial, sino geopolítico, pues pretende cortar los ingresos de energía de Rusia y aislarla económicamente, mientras se fortalece militarmente a Ucrania sin coste directo para EE. UU.
La estrategia refleja el fracaso, hasta ahora, del diálogo con Moscú y el endurecimiento de la postura norteamericana ante una guerra que se prolonga por más de tres años. Trump ha pasado de plantear negociaciones telefónicas con Putin en primavera sin resultados significativos , a implementar medidas económicas de alcance global. Mientras tanto, Europa ya ha acordado costear el reciente suministro de armas a Ucrania, lo que refuerza la presión transatlántica sobre Rusia.
De esta manera, EE. UU., bajo el liderazgo republicano, recurre a la herramienta arancelaria, ampliamente utilizada en disputas comerciales, para redefinir su política hacia Rusia. Las tarifas secundarias del 100% o incluso podrían hasta multiplicarse, sumadas al envío de armas, apuntan a una estrategia que combina coerción económica y respaldo militar, al tiempo que el canal del diálogo diplomático se encuentra en punto muerto. Con este giro, Trump apuesta por una solución indirecta pero contundente para presionar a Putin y tratar de encaminar el conflicto hacia una salida negociada, con un Estados Unidos como protagonista a toda costa, ya sea como mediador diplomático o ejerciendo presión externa, pero con un rol activo en la escena.
14/07/2025