Marruecos, pionero en la alta velocidad ferroviaria en África con su línea Tánger-Casablanca, no se conforma con el éxito alcanzado. La extensión de la línea hasta Marrakech, prevista para 2029, revela una ambición que trasciende las fronteras nacionales y apunta a posicionar al país como un actor clave en el desarrollo ferroviario del continente.
La inversión de 6 mil millones de euros para la construcción de 430 kilómetros de nuevas vías, junto con la adquisición de 18 trenes de última generación a Alstom, demuestra una apuesta decidida por la modernización de sus infraestructuras. Más allá del impacto económico directo, la ampliación del TGV marroquí, conocido como Al Boraq, promete transformar la movilidad en el país, conectando ciudades clave y facilitando el desarrollo de nuevos polos económicos.
El éxito de la línea Tánger-Casablanca, con un aumento significativo en el número de pasajeros, sirve como justificación para esta nueva inversión. La «democratización» del acceso a la alta velocidad, destacada por Mohamed Smouni, director general adjunto del ONCF, es un aspecto crucial para entender el impacto social de este proyecto. La posibilidad de vivir en una ciudad y trabajar en otra, a precios accesibles, abre nuevas oportunidades para los ciudadanos y contribuye a la dinamización del mercado laboral.
Sin embargo, la visión marroquí va más allá de sus propias fronteras. La experiencia adquirida con Al Boraq, combinada con la creciente demanda de infraestructuras en África Occidental, sitúa a Marruecos en una posición privilegiada para exportar su «know-how» y liderar el desarrollo ferroviario en la región. Este enfoque estratégico, que busca convertir al país en un hub ferroviario continental, se enmarca en una política más amplia de proyección de Marruecos como potencia económica en África.
La alianza con Alstom, que se consolida con este nuevo contrato, no solo aporta tecnología de vanguardia, sino que también refuerza los lazos económicos entre Marruecos y Francia. Este tipo de colaboraciones internacionales son fundamentales para impulsar proyectos de gran envergadura y generar un impacto positivo en el desarrollo económico y social.
Finalmente, la fecha de inauguración de la nueva línea, prevista para seis meses antes del Mundial de fútbol de 2030, que Marruecos coorganiza con España y Portugal, añade un componente simbólico al proyecto. Se trata de presentar al mundo una imagen moderna y eficiente de Marruecos, un país con una clara apuesta por el futuro y con la ambición de liderar la transformación de África.
13/05/2025