Mientras las relaciones entre Rabat y Seúl continúan fortaleciéndose, la República de Corea ha dado un paso significativo al declarar oficialmente su apoyo a la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara, presentada en 2007. Esta posición, que marca un giro estratégico, refuerza la solidez del vínculo bilateral y proyecta nuevas dimensiones geopolíticas.
Hasta ahora, Corea del Sur había mantenido una postura cautelosa respecto esta cuestión. Sin embargo, el reciente comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores sugiere un cambio cualitativo: Seúl “toma nota” del plan de autonomía presentado por Marruecos. Esta formulación, aunque diplomática, denota un alejamiento de la neutralidad tradicional y respalda con mayor claridad los esfuerzos promovidos por Naciones Unidas, al tiempo que destaca la credibilidad de la propuesta marroquí conforme a la resolución 1754 de 2007.
Además, el Ministerio surcoreano elogió los esfuerzos “serios y creíbles” realizados por Marruecos para avanzar hacia una solución del conflicto. También subrayó que tiene en cuenta la evolución de este expediente y reconoce la centralidad de esta cuestión en la visión marroquí de sus alianzas internacionales, especialmente a la luz del compromiso firme de Rabat con la paz, la estabilidad y el respeto mutuo en sus relaciones bilaterales.
Este respaldo llega en un contexto de creciente cooperación entre ambos países. Desde hace varios años, Rabat y Seúl han tejido una alianza dinámica, sustentada en intercambios económicos cada vez más vigorosos y una voluntad compartida de avanzar conjuntamente. La reciente declaración surcoreana se inscribe en este marco de cooperación estratégica, mientras Seúl busca ampliar su presencia en África y Marruecos consolida su papel como actor diplomático clave en la región.
Cabe destacar que Marruecos ha logrado posicionarse como un actor fundamental en el continente africano, gracias a una diplomacia activa y a inversiones significativas en todas sus regiones. Esta dinámica se ha acelerado en los últimos años, como lo demuestra el respaldo de más de 113 países a la propuesta de autonomía del Reino.
Para Corea del Sur, este alineamiento con la postura marroquí responde también a su interés por consolidar relaciones con socios que defienden la integridad territorial de Marruecos, en un momento en que los equilibrios geopolíticos de Asia y África están siendo redefinidos. El interés surcoreano en fortalecer sus vínculos económicos con Marruecos revela una clara voluntad de integrar el tema del Sáhara en una estrategia de asociación de largo plazo.
Este giro también tiene una lectura interna: refleja la comprensión, por parte de la élite política y diplomática surcoreana, del papel que desempeña Marruecos como puente entre África y Asia. Un rol que se vuelve cada vez más relevante en la nueva arquitectura geopolítica mundial.
No debe pasarse por alto que este cambio de postura se produce tras la exclusión del Frente Polisario del foro Corea-África celebrado en Seúl en 2024. Esta omisión, interpretada como una reorientación deliberada, refuerza la voluntad de Seúl de profundizar sus relaciones con Marruecos mediante una posición más pragmática y afirmativa. Una estrategia que responde a sus intereses de largo plazo: estabilizar sus asociaciones, proteger sus inversiones y apoyar el desarrollo impulsado por Marruecos en el Sáhara.
Abdelhalim ELAMRAOUI
13/05/2025