El gobierno marroquí mantendrá su programa de subsidios a la importación de trigo blando hasta el 31 de diciembre de 2025. Una medida que evidencia el fuerte impacto de la sequía en la producción agrícola local y la necesidad de garantizar el abastecimiento del cereal básico.
La decisión, comunicada por la Oficina Nacional Interprofesional de Cereales y Legumbres (ONICL), prolonga un apoyo económico que originalmente vencería en abril próximo. Según el organismo estatal, los nuevos subsidios regirán desde el 1 de mayo hasta fin de año. Esta decisión confirma que la próxima cosecha marroquí no alcanzará para cubrir la demanda interna, marcando un contraste con años anteriores cuando el país, en temporadas de buenas lluvias, llegó a restringir importaciones para proteger a los productores locales.
La ONICL precisó que, paralelamente a los subsidios, se mantendrán ayudas a importadores para el almacenamiento de reservas entre abril y diciembre, buscando evitar desabastecimientos. Los datos oficiales reflejan la gravedad de la situación: en 2023, la producción total de trigo blando, trigo duro y cebada cayó 43% interanual, totalizando apenas 3.1 millones de toneladas, afectada por sequías prolongadas que ya cumplen dos años consecutivos.
Las cifras demuestran la poca posibilidad de que las reservas se recuperen en la próxima cosecha, y las condiciones climáticas adversas han empujado al Reino al un convertirse en un importador estructural de trigo. Ante el déficit productivo, el gobierno marroquí ha intensificado sus compras externas, posicionándose como un mercado clave para exportadores europeos, especialmente para Rusia, que ha incrementado sus envíos tras la guerra en Ucrania.
Pero el problema es mayor. La sequía no solo afecta la seguridad alimentaria del país sino también la economía rural, donde la agricultura emplea a cerca del 40% de la población activa. Además, el trigo es un producto esencial para la sociedad marroquí, que ubica el pan como su principal producto alimenticio en la dieta diaria, aumentando la necesidad de los subsidios para evitar alzas en el precio de este producto considerado básico para toda la población.
Sin embargo, las previsiones no son alentadoras. Pues a pesar de las recientes lluvias, los embalses aún rondan un tercio de su capacidad total a nivel nacional y los pronósticos de lluvia para lo que queda de la primavera son poco prometedores. Es así que mientras el gobierno moviliza 14,000 millones de dirhams para mitigar los efectos de la sequía, la extensión de subsidios refleja que Marruecos deberá seguir dependiendo del mercado internacional para su abastecimiento básico de cereales.
25/03/2025