Marruecos enfrenta su séptimo año consecutivo de sequía, lo que ha provocado una drástica reducción del 38 % en el número de cabezas de ganado en solo un año. La decisión del Rey marroquí Mohammed VI de instar a la población a abstenerse de sacrificar corderos durante la festividad del Aïd el-Adha, prevista para principios de junio se basa en esta realidad y en el consecuente aumento de precios, dificultando el acceso a la carne para las familias de ingresos limitados.
Es la primera vez desde 1996 que un soberano marroquí toma esta medida, cuando el rey Hassan II tomó una decisión similar debido a circunstancias económicas parecidas. Y es que la sequía ha generado un déficit de lluvias del 53 % en comparación con la media de los últimos 30 años, lo que ha convertido esta crisis hídrica en la peor desde la década de 1980.
Esta reducción en el número de cabezas de ganado ha disparado los precios de la carne en el país. Actualmente, datos oficiales revelan que el kilo de carne roja en Casablanca oscila entre 11 y 12 euros, una cifra considerada alta para una población cuyo salario mínimo ronda los 290 euros mensuales.
Marruecos ha perdido en 9 años más de un tercio de su ganado nacional. La situación de crisis ha provocado que el gobierno incluya algunos subsidios para la importación de ganado, pero sin intervenir directamente en los precios de la carne. Sin embargo, el sector ganadero enfrenta sequías recurrentes, un alza en los costos de los alimentos para el ganado y la expansión de superficies de riego intensivo.
En este sentido, el gobierno cuenta con un programa de apoyo a la producción animal, que incluye subsidios para la alimentación del ganado y mejoras en la productividad y sanidad animal. El plan incluye seis componentes, centrados en la nutrición animal, a través del suministro de alimentos subvencionados a los ganaderos, el asesoramiento técnico para mejorar la productividad de ovinos, caprinos, bovinos y camélidos, así como la salud animal.
Bajo ese marco, el gobierno ha firmado este febrero 2025, un acuerdo con Australia para importar 100.000 ovejas como parte del objetivo gubernamental de diversificar las fuentes de abastecimiento. Cabe señalar que, Marruecos registra un consumo per cápita de carne roja entre los más altos del continente africano, con 17 kg por habitante por año.
Además, el país ha diversificado sus fuentes de importación, trayendo ganado bovino y ovino de Brasil, Uruguay, España, Argentina y Rumanía. En lo que va del año, el país ha importado 124.000 ovejas, 21.000 bovinos y más de 700 toneladas de carne roja.
El gobierno también ha implementado incentivos fiscales, como la exoneración de impuestos y derechos de importación para ganado y carne roja procedente de Europa y América Latina. Estas medidas buscan contener el alza de los precios y garantizar el suministro de carne en el mercado local. En 2023, las disposiciones incluyeron una subvención de 500 dirhams (unos 50 euros) por oveja importada desde Europa, así como la exoneración del IVA y de los derechos de importación para los cargamentos de ovejas procedentes de esa zona. Igualmente, para el 2025, el gobierno ha congelado, entre otras medidas, los derechos de importación y el IVA sobre los bovinos, ovinos, camélidos y la carne roja.
Aunque el impacto de la crisis ganadera y la sequía prolongada ha puesto en jaque el sector agropecuario marroquí. Las autoridades continúan buscando soluciones para mitigar los efectos de la crisis, pero el desafío sigue siendo enorme, especialmente en un contexto de cambio climático y presión sobre los recursos hídricos del país.
María Angélica Carvajal
27/02/2025