En un acto cargado de simbolismo, la comunidad siria en Marruecos se reunió, hoy, en Rabat para celebrar la caída del régimen de Bashar al-Assad, una victoria que para muchos de los sirios representa no solo un triunfo político, sino también un rayo de esperanza para el futuro de su patria. El evento, que comenzó en las inmediaciones del Palacio de Justicia de Hay Riad, culminó con un desfile que recorrió las principales avenidas de la capital marroquí. Los participantes, portando banderas sirias y marroquíes, expresaron su agradecimiento al Reino de Marruecos por acogerlos en su suelo.
Este acto no solo celebraba la caída de un régimen opresivo, sino que reflejaba la estrecha relación entre Marruecos y los sirios que han encontrado refugio en el país. Si bien Marruecos mantiene una postura diplomática de no injerencia en los asuntos internos de Siria, también ha mostrado un firme apoyo a los ideales de paz y justicia para el pueblo sirio. En este sentido, el ministro de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, recordó la postura constante del Reino en favor de la estabilidad y la soberanía territorial de Siria, un mensaje que subraya la prudencia diplomática marroquí en un contexto tan sensible.
Para los sirios, la manifestación fue más que una celebración política; fue un agradecimiento sincero al Rey Mohammed VI por abrir las puertas del país a los desplazados por la guerra. Marruecos, conocido por su hospitalidad, ha ofrecido un refugio seguro a miles de sirios que, lejos de su tierra, buscan reconstruir sus vidas. Esta cálida acogida se ha traducido en una relación de respeto y solidaridad entre ambas naciones, un vínculo que va más allá de la política y se asienta en los valores humanos de acogida y apoyo.
El evento también subraya la importancia de Marruecos en la política regional. A pesar de su postura neutral en la cuestión siria, el Reino ha sabido equilibrar su diplomacia de manera que refuerza su imagen como un actor comprometido con la estabilidad y el bienestar de los pueblos en su región. Los refugiados sirios, por su parte, ven en esta actitud un acto de justicia, que les ofrece no solo un refugio físico, sino también el respaldo necesario para enfrentar los desafíos de la diáspora.
En conclusión, este acto de celebración en Rabat no solo rememoró una victoria política, sino que también reafirmó el lazo de gratitud y esperanza entre la comunidad siria y el Reino de Marruecos. En tiempos de adversidad, la hospitalidad y el apoyo del pueblo marroquí han sido fundamentales para aquellos que, lejos de su tierra, siguen luchando por un futuro mejor para Siria.
15/12/2024