El Ministerio de Salud de Brasil ha identificado la fiebre del Oropouche como una enfermedad causada por un arbovirus del género Orthobunyavirus. Este virus fue detectado por primera vez en Brasil en 1960, a partir de una muestra de sangre de un perezoso capturado durante la construcción de una carretera.
Desde ese descubrimiento, se han reportado casos aislados y brotes de la enfermedad, principalmente en la región amazónica, donde es endémica. Sin embargo, en 2024 la situación se ha vuelto alarmante, con más de 7.000 casos confirmados en todo el país hasta principios de julio. La transmisión autóctona se ha documentado en al menos 16 estados, y esta semana, se confirmaron los primeros casos en el interior de São Paulo.

La fiebre del Oropouche se transmite principalmente a través de la picadura del mosquito Culicoides paraensis, conocido popularmente como maruim o mosquito-pólvora. En su ciclo natural, el virus infecta a perezosos, primates no humanos y posiblemente aves y roedores. Además, se ha detectado el virus en otras especies de insectos como Coquillettidia venezuelensis y Aedes serratus. En el entorno urbano, los humanos actúan como principales hospedadores y el mosquito Culex quinquefasciatus, comúnmente llamado pernilongo, también puede ser un vector.
Los síntomas de la fiebre del Oropouche son similares a los de la dengue, incluyendo dolor de cabeza intenso, dolores musculares, náuseas y diarrea. La enfermedad suele comenzar de manera repentina y puede incluir fiebre, dolor en las articulaciones y otros síntomas como mareos, dolor ocular y fotofobia. En algunos casos, especialmente en pacientes con sistemas inmunológicos comprometidos, puede afectar el sistema nervioso central y manifestarse con síntomas hemorrágicos.
La preocupación ha aumentado tras la confirmación de dos muertes en el estado de Bahía, las primeras asociadas a esta enfermedad en todo el mundo. Las víctimas eran jóvenes sin condiciones médicas preexistentes, y su estado se deterioró rápidamente, con síntomas graves como dolor abdominal, sangrado e hipotensión.
El diagnóstico de la fiebre del Oropouche se realiza mediante evaluación clínica, epidemiológica y pruebas de laboratorio, y todos los casos positivos deben ser reportados inmediatamente debido al potencial epidémico de la enfermedad.
No existe un tratamiento específico para la fiebre del Oropouche, por lo que las recomendaciones se centran en el manejo de los síntomas y el reposo. Las medidas preventivas incluyen evitar áreas de alta incidencia de la enfermedad, usar ropa protectora y repelentes, y mantener las áreas limpias para reducir la presencia de vectores.
En julio, el Ministerio de Salud emitió alertas sobre la posibilidad de transmisión vertical del virus, es decir, de madre a hijo durante el embarazo o el parto. Estudios recientes han detectado anticuerpos contra el virus en recién nacidos con microcefalia, aunque todavía no se ha establecido una relación causal definitiva entre la infección durante la gestación y las malformaciones neurológicas.
02/08/2024