Al concluir este viernes la campaña para la segunda vuelta de las elecciones del domingo en la Asamblea Nacional francesa, parece que la ultraderecha de Marine Le Pen está más lejos de alcanzar la mayoría absoluta, dejando incertidumbre sobre la gobernabilidad del país, afirman fuentes del diario el Obrero. .
La campaña se cierra a medianoche en las 501 circunscripciones donde aún no se ha elegido a un diputado en la primera vuelta. Los candidatos han estado intensificando sus esfuerzos hasta el último momento para captar votos.
Le Pen ha declarado que su partido, la Agrupación Nacional (RN), aunque es el favorito unánime para ganar, aún puede obtener la mayoría absoluta necesaria para gobernar. «Podemos tener una mayoría absoluta», afirmó en una entrevista radiofónica.

Sin embargo, enfrente, según Le Pen, «no hay mayoría posible» sin incluir a La Francia Insumisa (LFI), partido que ha sido usado como medio de disuasión para los votantes moderados.
Tres encuestas publicadas este viernes sugieren que la RN tiene dificultades para alcanzar la mayoría absoluta, proyectando un rango de entre 170 y 230 diputados para la ultraderecha, por debajo de los 289 necesarios para controlar la Asamblea Nacional.
El Nuevo Frente Popular de izquierda y sus aliados podrían obtener entre 159 y 191 escaños, mientras que el bloque macronista alcanzaría entre 118 y 150. Más atrás se situarían Los Republicanos (LR) con entre 35 y 67 escaños.
Llamados a la movilización
Jordan Bardella, candidato de la RN a primer ministro, ha hecho un último llamado en redes sociales pidiendo a los franceses que no dejen que les «roben la victoria» y que no se dejen intimidar. «Os llamo a la movilización. Dadme una mayoría absoluta para gobernar y enderezar Francia», dijo Bardella.
Reiteró que si no consigue la mayoría absoluta, no intentará formar gobierno, ya que no podría implementar su programa.
Mientras, Le Pen respondió a las declaraciones del futbolista Kylian Mbappé, quien urgía a votar porque «no podemos dejar nuestro país en manos de esa gente». En una entrevista con CNN, Le Pen cuestionó cómo deportistas o artistas, «millonarios o multimillonarios», pueden decirle a la gente que gana menos cómo deberían votar.
Por otro lado, Raphaël Glucksmann, uno de los líderes socialistas, también pidió a los opuestos a la ultraderecha que acudan masivamente a las urnas y no se confíen en los sondeos, ya que «la mayoría absoluta del RN no está totalmente descartada».
«Yo soy prudente sobre los sondeos, porque son los franceses los que deciden», afirmó el primer ministro, Gabrial Attal, criticando «el programa funesto de la extrema derecha» que, según él, amenaza al país.
Olivier Faure, primer secretario del Partido Socialista, directamente culpó al presidente Emmanuel Macron por el crecimiento de la ultraderecha durante su mandato, argumentando que Macron ha tratado de usar a la extrema derecha como un adversario cómodo para ganar fácilmente cada elección. «A fuerza de haber alimentado al espantajo, el espantajo se ha hecho más fuerte que él», señaló en un coloquio en France 5.
La campaña ha sido también marcada por una violencia superior a la de otras elecciones, con 51 candidatos y militantes afectados por agresiones físicas, según cifras del ministro del Interior, Gérald Darmanin, quien reconoció un «clima de gran violencia». 6/7/2024