
El primer ministro de Malí, Choguel Kokalla Maiga, ha pronunciado un discurso virulento contra Argelia, a la que acusa de interferir en los asuntos internos de Malí y de dañar su soberanía. También anunció el fin de los acuerdos de paz firmados en Argel en 2015, que considera ineficaces y obsoletos.
En su discurso, pronunciado el 28 de febrero de 2024, el jefe del gobierno de transición denunció «una serie de actos hostiles e inamistosos» por parte de Argelia, que habrían provocado «tensiones diplomáticas» entre los dos países vecinos. Mencionó, entre otros, el apoyo de Argelia a los grupos armados separatistas del norte de Malí, el cierre unilateral de la frontera común, el bloqueo de los intercambios comerciales y el intento de mantener a Malí bajo el régimen de sanciones impuesto por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) tras el golpe de Estado del 18 de agosto de 2020.
El primer ministro de Malí también reprochó a Argelia por erigirse en «mediador de la paz» en Malí, cuando no ha logrado implementar los acuerdos de paz que patrocinó en 2015, destinados a poner fin a la crisis de seguridad y política que sacude al país desde 2012.
Según la misma fuente, estos acuerdos son «caducos» y ya no responden a las aspiraciones del pueblo maliense, que desea una refundación del Estado y una reconciliación nacional. Afirmó que Argelia había «abandonado su papel de mediador» y que no dudaría en «recordarlo mientras sea necesario».
También criticó enérgicamente las relaciones privilegiadas entre el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune y el predicador «extremista» Cheikh Mohamed Dicko, figura de la oposición maliense y líder del movimiento contestatario del M5-RFP. Consideró que estos contactos repetidos eran una «clara injerencia» en los asuntos internos de Malí y un «intento de desestabilización» del proceso de transición en curso.
Ante esta situación, el primer ministro de Malí anunció la ruptura de los acuerdos de paz de Argel, firmados el 15 de mayo y el 20 de junio de 2015 entre el gobierno de Malí y los grupos armados del norte de Malí, bajo el auspicio de Argelia y con el apoyo de la comunidad internacional. Declaró que estos acuerdos eran «un obstáculo para la soberanía de Malí» y que habían «favorecido la partición del país, la impunidad de los criminales y la persistencia de la inseguridad». Agregó que Malí «tomaría su destino en sus propias manos» y «emprendería un diálogo inclusivo con todas las fuerzas vivas de la nación».
01-03-2024