La inclusión de Túnez, por primera vez desde su adhesión al FMI en 1958, en la lista negra del Fondo Monetario Internacional ha reavivado una vez más el debate sobre la necesidad de encontrar reformas urgentes a la crisis económica del país y recuperar la confianza de los donantes internacionales.
Esta reclasificación se produce además mientras el país espera un préstamo de la institución financiera de casi dos mil millones de dólares destinado a dar un soplo de aire fresco a la economía tunecina, cuya situación sigue empeorando.

Las perspectivas de acceder a nuevo financiamiento crucial en esta época de crisis se han oscurecido aún más después de que la institución financiera global reveló la lista de países miembros que han retrasado sus consultas del Artículo IV o evaluaciones obligatorias de estabilidad financiera por un período superior a 18 meses, además de las consultas periódicas.
El país logró cerrar un acuerdo preliminar con el FMI desde el 15 de octubre de 2022, con miras a obtener un préstamo de 1.900 millones de dólares, reembolsable en un período de 48 meses. La desprogramación del expediente tunecino del orden del día de su consejo de administración de enero de 2023 ha reavivado las especulaciones y las polémicas sobre las perspectivas de este acuerdo que pretende dar un soplo de aire fresco a la economía del país.
Cabe señalar que, para dar su aprobación, el FMI espera un compromiso firme de las autoridades tunecinas para implementar un programa de reformas para reestructurar las empresas públicas tunecinas agobiadas por una pesada deuda y eliminar los subsidios a ciertos productos básicos.
09.01.2024