
Marruecos se encuentra en una posición delicada en lo que respecta a la disponibilidad de agua, ubicándose entre los países más perjudicados por la creciente escasez hídrica a nivel global, según los informes proporcionados por el World Resources Institute (WRI). Esta situación se agrava al considerar su ubicación en la región mediterránea, que se encuentra altamente afectada por la sequía, y que abarca desde África hasta Oriente Medio.
El análisis realizado por el WRI clasifica a Marruecos en el puesto 27 de un total de 164 naciones con altos niveles de estrés hídrico. En este contexto, el estrés hídrico se refiere al uso excesivo de los recursos de agua disponibles en relación con la demanda, lo que puede tener serias repercusiones ambientales, económicas y sociales.
El crecimiento continuo de la población, junto con el aumento de la demanda de agua en diversas actividades como la agricultura, la industria y el suministro de agua potable, ha contribuido significativamente a esta situación alarmante. Además, la variabilidad climática, exacerbada por los efectos del cambio climático, también desempeña un papel importante en la disminución de los recursos hídricos disponibles en la región.
Este desafío no se limita a Marruecos; afecta a casi la mitad de la población global, equivalente a aproximadamente 4000 millones de personas, que experimentan sequías extremas durante al menos un mes al año. Estas condiciones tienen un impacto directo en la vida cotidiana, la seguridad alimentaria y la disponibilidad de energía para estas comunidades.
Si no se toman medidas adecuadas para abordar este problema, se prevé que la situación empeore aún más. El WRI advierte que para el año 2050, aproximadamente mil millones de personas podrían enfrentar condiciones de sequía extrema. Esto podría agravar la inseguridad alimentaria, exacerbar tensiones socioeconómicas y desencadenar desafíos políticos en las áreas afectadas.
Para combatir este problema, se requiere una gestión integral de los recursos hídricos, que incluya estrategias para reducir el uso ineficiente del agua en todas las áreas de la sociedad, así como la promoción de prácticas sostenibles en la agricultura, la industria y el consumo doméstico. Además, la inversión en infraestructuras hídricas y la colaboración internacional son esenciales para abordar esta crisis compartida y construir un futuro más sostenible en términos de recursos hídricos para Marruecos y para el mundo en general.
23-08-2023