
El presidente francés y su gobierno acaban de recibir una mordaz sanción por parte de la agencia de calificación «Fitch».
El Ministro de Economía piensa que eso no es justo. Sin embargo, el país verá muy reducido su margen de maniobra financiero. Francia atraviesa momentos difíciles con los problemas vinculados a la reforma de las pensiones.
«El estancamiento político y los movimientos sociales representan un riesgo para la agenda de reformas de Macron», escribió la agencia de calificación en un comunicado en el que anunciaba la rebaja de la calificación de Francia en un escalón, a «AA-«, frente a «AA» anteriormente.
Hace seis semanas, el gobierno aprobó definitivamente su proyecto de reforma previsional, impuesto por el presidente, que prevé un aplazamiento de la edad legal de 62 a 64 años, gracias al apoyo del artículo 49-3 de la Constitución, que permite que se elabore un texto sin votación en el Parlamento.
La oposición, que lo vio como un desafío a la democracia, intensificó la protesta. Varios días de manifestaciones violentas en todo el territorio han revivido la memoria de los chalecos amarillos de 2018.
«Esta decisión ha provocado protestas y huelgas en todo el país y probablemente fortalecerá a las fuerzas radicales y antisistema», dijo Fitch, que adjuntó su calificación anterior a una perspectiva negativa, es decir, el riesgo de una rebaja.
El estancamiento actual también podría «crear presión para una política fiscal más expansiva o una reversión de reformas anteriores», dijo Fitch, quien esta vez acompañó su calificación ‘AA-‘ con perspectiva estable.
El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, lamentó este viernes en un comunicado de prensa la «evaluación pesimista» de Fitch, al considerar que la calificadora «subestima las consecuencias de las reformas», en particular la de las pensiones.
29-04-2023