
09-09-2021
por: Soufiane Ben Lazaar
Tras el anuncio de los resultados oficiales, basados en el conteo de votos del 96% a nivel nacional, mostraron una debacle no tanto esperada por parte del Partido Justicia y Desarrollo (PJD). Los islamista ocuparon el octavo puesto con solo 12 escaños, perdiendo 113 escaños en comparación con las elecciones legislativas de 2016. Una derrota que ha devuelto al partido a los mismo resultados obtenidos hace 23 años.
Este resultado es la consecuencia de un «voto-sanción», por parte de la ciudadanía que no dudó en votar en contra de los islamista para expulsarlos de la escena política. Con 12 escaños, y el octavo lugar en la tabla, el partido puede que ni siquiera tenga un grupo parlamentario según los resultados provisionales disponibles hasta ahora.
Los ciudadanos sancionaron no solamente la gestión gubernamental del PJD sino también la gestión local de las grandes ciudades donde el partido tenía mayoría absoluta en los concejos municipales y no podía poner en marcha políticas públicas locales eficaces.
Esta debacle histórica jamás vivida en Marruecos, ya que nunca un partido ha perdido tanto entre elecciones, lo que refleja el descontento de la ciudadanía con la gestión gubernamental de los últimos 10, se debe principalmente a dos factores, a saber; «la mala gestión de la pandemia, ya que el partido fue incapaz de proponer soluciones serias y eficaces, quedando siempre a la sombra del Rey, que ha sido quien ha cogido las riendas y ha dado todas las órdenes que han aliviado la tensión social».
Y en segundo lugar, los conflictos internos del partido, y las salidas mediáticas de sus miembros (Benkirane, El Yazami, Ramid…), no han ayudado tanto al PJD, convirtiéndole en un verdadero circo, demostrando así la verdadera cara de sus integrantes, que velaban más por sus intereses personales antes de cualquier interés público.
De esta manera, y junto a los discursos poco «respetuosos» de parte de sus integrantes, y el doble lenguaje adoptado por la dirección que estaba a cargo del Gobierno, ha socavado la credibilidad del partido llevándole a perder los votos de varios de sus simpatizantes, que cabe recordar que la mayoría son de la clase media baja, siendo la que más ha sufrido las políticas gubernamentales del PJD en los últimos 10 años.









